* Los encuentros en el museo y via Skype tienen como objeto que los participantes entablen diálogo con el grupo curatorial y presenten sus proyectos, ejercicios, archivos, etc. que consideren pertinentes o que respondan a los criterios de la Convocatoria.
21 de junio de 2011
20 de junio de 2011
Criterios de Selección
- Obras que partan de la noción de “lugar” (con referencia a la definición de Lucy Lippard)
- Obras que generan dislocación (es): desubicación, ruptura, extrañeza, cambio, reacción) entre el sujeto y el territorio
- No se limita a la *fisicidad del espacio o a los aspectos formales, sino que toma en cuenta la malla de relaciones que le rodean. Puede actuar como evidencia de `memoria´ del lugar.
Pertinencia de la propuesta en relación a la Escuela de Artes Plásticas:
La pertinencia de este proyecto con relación a la escuela de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia, coincide en un aspecto de una suerte de nomadismo que es inherente a las artes, especialmente en estos últimos siglos, tanto conceptualmente, en el sentido del desplazamiento y re cuestionamiento constante de premisas y supuestos, así como de un nomadismo local, en búsqueda de lugares y nuevos territorios de interés, esta habilidad del artista, pensamos es fundamental en el arte, es aquella capaz de fijarse en lo móvil, de relacionarse más con lo cambiante, es la intención de integrase con la vida y los espacios que esta habita, es una necesidad cada vez mas imperante, en un mundo globalmente relacionado no diciendo por esto sin fronteras.
Hemos encontrado en algún situaciones, donde emergen focos de interés hacia este tema de lugar, como es el caso de la asignatura Instalación dictada por la maestra Rosario López, la cual, resulta un importante precedente para la construcción de este proyecto, ya que en dicha asignatura, los estudiantes escogen y trabajan alrededor de un lugar especifico, este ejercicio implica una gran atención al lugar, a sus dinámicas, su población, sus cualidades etc. Por otro lado encontramos confluencia en otras asignaturas, en la realización de salidas de campo, igualmente con el fin de acercarse a un lugar, interactuar con él y en él, recopilando información para luego realizar una propuesta artística.
También vale la pena destacar el interés de los estudiantes de la Escuela, por la consecución de intercambios académicos, tanto internacionales como nacionales, que se demuestra en el significativo número de intercambios que se dan por semestre, esta cifra indica el mayor número, en comparación con otras carreras a nivel de toda la Universidad (sede Bogotá), esto señala que los estudiantes se están desplazando a otros lugares y construyendo obras a partir de esta misma experiencia. De esta forma, consideramos importante volcar la mirada hacia este tipo de propuestas, para luego reflexionar a lo largo de los talleres del Laboratorio Cano, la forma pertinente de llevar estos trabajos al espacio museal de la Universidad Nacional.
PRESENTACIÓN DE PROYECTOS
Estructura de presentación del trabajo
Pretendemos abrir la participación a otros estudiantes y profesores de la Escuela de Artes Plásticas durante el Laboratorio Cano, que consideren que su actividad, ejercicios, producción o comentarios sean pertinentes con lo antes enunciado. Así que pensamos también hacer la siguiente descripción, que nos permita (también) tener claridad sobre las posibilidades de nuestra propia propuesta:
Los trabajos que se presenten pueden ir estructurados así:
- Nombre del autor o integrantes del colectivo que presenta el trabajo
- Abstract o texto explicativo del proceso de trabajo (conceptos, referentes, archivo de trabajo experimentación etc.) - máximo 2 cuartillas -
- Registros fotográficos o de video del trabajo (si este es de carácter propositivo se deben presentar los bocetos)
- Propuesta de montaje o emplazamiento del trabajo (dimensiones de la obra, técnica y espacio requerido) * Este punto se podrá generar dentro de los encuentros
- Requerimientos técnicos y recursos * Este punto se podrá generar dentro de los encuentros
Los documentos pueden ser entregados impresos o en digital debidamente marcados con el título (DIS)LOCACIONES, nombre del autor, titulo del trabajo,mail y telefono.
*Los trabajos en digital deben estar en formatos de lectura universal ( .JPG .doc .avi PDF .MP3 .PNG .WAV .MPEG )
18 de junio de 2011
Fechas a tener en cuenta
*Encuentros con el grupo curatorial en el Museo de Arte de la Universidad Nacional :
29 y 30 de Junio y 2 de Julio de 11: 00 a.m a 1 p.m
6, 7 y 9 de Julio de 2:00 a 5:00 p.m
* Encuentros virtuales vía skype, pensando en que la Universidad se encuentra en vacaciones y muchas personas estarán fuera de la ciudad:
27 y 28 de Junio de 6:00 a 8:00 p.m
4 y 5 de Julio de de 3:00 a 5: 00 p.m
Correo electrónico : dislocaciones.cano@gmail.com
Usuario skype: dislocaciones cano
*Publicación de seleccionados:
19 de Julio
19 de Julio
*Estrategias de exposición y metodologías para llevar el trabajo al museo las obras:
19 de Julio al 12 de Agosto
(trabajo conjunto con estudiantes seleccionados)
19 de Julio al 12 de Agosto
(trabajo conjunto con estudiantes seleccionados)
17 de junio de 2011
Ejemplos de los criterios curatoriales
Los proyectos podrían dar cuenta o indagar algunas de las siguientes premisas:
* Investigar, señalar o realizar cuestionamientos alrededor de la noción de lugar, mirar a su alrededor y proponer una mirada ya sea desde aspectos formales o simbólicos del espacio, o desde otras estrategias.
* Señalar las propiedades singulares de un espacio y/o relacionarlas con universales. (uso y utilidad, relaciones, historia, contexto, etc.).
* Indagar sobre la memoria de los lugares permitiendo conectar sujetos o situaciones.
* Identificar la historia del lugar a señalar a través de un lenguaje plástico. Se entiende como historia, la acumulación de experiencia desde los sujetos. (no necesariamente la historia oficial o el tiempo cronológico que allí transcurre)
* Señalar características de la geografía cultural del lugar.
* Comparar la vivencia de dos espacios o más, a través de las relaciones de diferencia o similitud.
* Identificar rituales o experiencias compartidas en un espacio.
* Redefinir las relaciones de poder de un lugar a través prácticas artísticas, que podrían ser acciones que actúen como señalamientos etc.
16 de junio de 2011
links acerca de referentes del proyecto
Museo de Arte de la Universidad Nacional : http://www.divulgacion.unal.edu.co/museo_de_arte/2011.html
Marcelo Expósito:
Entrevista a Lucy Lippard (Entrevista por Begoña Rodriguez):
Santiago Sierra:
15 de junio de 2011
Mirando alrededor: ¿dónde estamos y dónde podríamos estar?
ESTE DOCUMENTO FUE DESCARGADO DE LA PÁGINA DE MARCELO EXPÓSITO: http://marceloexposito.net/, DEL ENLACE MATERIALES TEÓRICOS, ESTA PUBLICACIÓN PERTENECE AL LIBRO: Modos de hacer. Arte crítico, esfera pública y acción directa. Paloma Blanco, Jesús Carrillo, Jordi Claramonte y Marcelo Expósito (eds.), Ediciones Universidad de Salamanca, 2001.
Mirando alrededor: ¿dónde estamos y dónde podríamos estar?
Mirando alrededor: ¿dónde estamos y dónde podríamos estar?
LUCY R. LIPPARD
He pasado gran parte de mi vida mirando, pero apenas he mirado lo que ocurría a mi alrededor. La historia y el mundo del arte "progresan"concentrándose en un punto de fuga inventado, perdiendo de ese modo las perspectivas cíclicas y panorámicas. Y por supuesto no es fácil servisionario en medio de la niebla. Mientras tanto, la frase de Hazel Henderson, "piensa globalmente, actúa localmente" seha convertido en un dogma, en una idea tan utilizada e importante como para seguir siendo cierta. No obstante, la noción de lo local, del escenario, de la situación y de la localidad, el lugar en una palabra 2 ,no ha prendido en la corriente dominante del arte, ya que en el actual sistema de distribución el lugar del arte debe ser relativamente generalista y ajeno a la política y al sufrimiento si quiere atraer a un número suficiente de compradores.
La amnesia social y las actitudes antihistóricas que caracterizan a nuestra sociedad afectan también por lo general al mundo del arte.
"Cada vez más parece que el cambio es todo lo que hay.. No existe un sentido de progreso que logre dotarnos de sentido o de profundidad o de hacernos sentir
herederos y herederas del pasado. Pero, quizás porque estamos en un momento retrospectivo de la historia aproximándonos al final de un milenio y habiendo pasado el quinto centenario del acontecimiento más celebrado del colonialismo, muchos y
muchas de nosotras estamos volviendo la mirada hacia atrás buscando un terreno sólido desde el cual dar un salto hacia un futuro en pleno cambio. Parece significativo que lo que el historiador Lawrence Grossberg llama "las piedras angulares de la investigación histórica" puedan ser también consideradas como piedras angulares del arte al que está dedicado este libro4: 11 apreciación de la diferencia, comprensión del contexto Y capacidad de llevar a cabo juicios críticos comparativos a partir de la empatía y la evidencia`.
Es obvio que la crisis ecológica es en gran medida responsable de la preocupación actual por el lugar y el contexto, pero lo es también la nostalgia provocada por la pérdida de raíces. La raíz griega de la palabra "ecología significa hogar, un lugar difícil de encontrar hoy en día. Precisamente debido a que mucha gente en el mundo no vive en su hogar, el planeta se está convirtiendo para muchas personas en un hábitat imposible. Del mismo modo que hemos perdido nuestro lugar en el mundo, también hemos perdido el respeto por la tierra y por ello la maltratamos. Al carecer de un sentido de comunidad microcósmica, somos incapaces de proteger nuestro hogar macrocósmico global. ¿Puede un arte interactivo y procesual "devolver a la gente al hogar" en una sociedad caracterizada por lo que Georg Lukács llamó carencia trascendental de hogar"? Nunca desde el arte regional de los años 30 había habido tanta gente interesada en mirar a su alrededor y en dejar constancia de lo que ven o les gustaría ver en su entorno a través de algo que llaman arte.
Algunas de estas personas han querido ir más allá tanto de la función reflexiva de las formas convencionales de arte, como de la función de protesta de gran parte del arte activista. Artistas, escritores, escritoras y activistas observan la relación entre la gente y su propia relación con la gente que es diferente, entre la gente y el lugar, entre la gente, el lugar, la flora, la fauna y, ahora también obligadamente, la atmósfera; una manera de comprender la historia y el futuro.
El auge creciente de lo “multicultural" (y de lo transcultural e intercultural) en la última década ha abierto nuevas vías para la
comprensión de la increíblemente compleja política de la naturaleza. A pesar de que la gente (y las ideologías) a menudo se olviden por completo del arte que trata sobre la tierra y el paisaje, los conceptos de cultura y lugar son de hecho inseparables. Como ha observado Kenneth Helphand, los paisajes (que yo definiría como un lugar visto desde la distancia) 'portan un legado y una enseñanza" capaz de generar "una ciudadanía que toma forma a través del paisaje'.
Las narraciones nacionales, globales o colectivas, se hacen especialmente accesibles a través de la propia historia familiar, simplemente preguntándonos por qué nos mudamos de barrio, de ciudad, de estado o de país, por qué encontramos un trabajo o lo perdemos, por qué nos casamos y con quién, por qué perdimos contacto con ciertos parientes y conotros no. Podemos tomar como punto de partida, por ejemplo, investigar simplemente acerca del lugar donde vivimos o donde crecimos. ¿Quiénvivió antes ahí? ¿Qué cambios se han llevado a cabo o has llevado a cabo ¿Cuándo se construyó tu casa? ¿Que dicen los archivos del condado al respecto> ¿Cómo encaja todo ello con la historia local? ¿Se ha reevaluado o se ha depreciado? ¿Por qué? ¿Cuándo se mudó tu familia? ¿De dónde venía y por qué se mudó? ¿Qué gente habitaba el territorio
originalmente? ¿Tu familia recuerda su historia en esa zona o en alguna otra? ¿Tus parientes viven cerca? ¿Qué ha cambiado desde tu juventud?¿Por qué? ¿Qué relación tiene el interior de tu casa con el exterior? ¿Cómo refleja su estilo y su decoración la formaci0n cultural de tu familia y su lugar de procedencia? ¿Tiene garaje? ¿Césped? ¿Jardín? ¿La vegetación es local o importada? ¿Hay agua suficiente para mantenerlo? ¿Hay animales? Y a nivel más general, ¿estás satisfecho o satisfecha con el presente? Si no lo estas, ¿sientes nostalgia por el pasado o suspiras por el futuro? Y así sucesivamente.
Preguntas como estas pueden precipitar una cadena de recuerdos personales y
culturales, pueden permitir conectar historias interrelacionadas, poner
en evidencia el funcionamiento del poco conocido sistema de clases
americano, sacar a la luz las divisiones raciales, de género y de
cultura, a la vez que fundamentos vitales en común, informarnos sobre el
uso/abuso de la tierra, sobre la geografía, el medioambiente y la
planificación urbana y hacernos comprender, por último, la experiencia
de la naturaleza que ha hecho del "retorno"
a ella algo tan mítico. Cuando se lleva la investigación sobre la
pertenencia a una práctica artística participativa, puede llegarse a
imaginar la visión colectiva del lugar, una que nos haga entender hasta
qué punto los habitantes humanos están involucrados en el medioambiente,
además de ser simplemente sus invasores (aunque esto también debe
tenerse en cuenta). Según Weridell Berry, el autor que ha escrito de un
modo más evocador sobre el lugar Americano, "los conceptos
de país, de patria y de hogar suelen simplificarse en la idea de
`entorno”, es decir, lo que nos rodea. Al pasar a concebir nuestro
lugar, nuestra parte del mundo, como entorno, como lo que nos rodea,
estamos estableciendo una profunda división entre éste y nosotros
mismos.
La
inmersión real en el mundo depende de una familiaridad con el lugar y
con su historia muy rara en la actualidad. Un buen modo de entender el
lugar donde hemos aterrizado es identificar las fuerzas económicas e
históricas que nos han llevado a donde estamos, en solitario o en
compañía. La cultura, como decía un artista contemporáneo, no es de
dónde somos: es de dónde venimos. Si nos miramos a nosotros mismos con
una mirada crítica, como parte de un contexto social, como habitantes,
consumidores, espectadores o turistas, podremos llegar a entender
nuestro papel en los procesos naturales que determinan nuestro futuro.
Del mismo modo, el estudio del lugar nos da acceso a una experiencia
directa del territorio (lo que llamamos "naturaleza"), así como a una
conciencia de la política ecológica y a una toma de responsabilidad
respecto al futuro.
Jeff
Kelley ha establecido una diferencia entre la noción de lugar y la de
emplazamiento, que se popularizó a finales de los años 60 en relación a
la escultura site specific:
"El emplazamiento se refiere a las propiedades fisicas que constituyen
un lugar.... mientras que los lugares son los recipientes de lo
humano"'. Aunque
lugar y hogar no son sinónimos, un lugar tiene siempre algo de hogar
dentro de sí. En la frialdad de estos tiempos, el concepto de lugar
conserva una cierta calidez. La consecuencia es que si sabemos cuál es
nuestro lugar entonces conoceremos cosas sobre él; sólo perteneceremos
realmente a un lugar si lo "conocernos" en el sentido histórico y
experiencial. Pero poca gente en la sociedad norteamericana
contemporánea conoce su lugar. (Cuando pregunté a unos veinte
estudiantes universitarios que me hablaran de "su lugar", la mayoría no
tenía ninguno; las excepciones fueron dos mujeres Navajo, criadas al
modo tradicional, y un hombre cuya familia había vivido durante
generaciones en una granja en el sur de Illinois.). Pero incluso aunque
podamos localizarnos a nosotras y nosotros mismos, ello no significa
necesariamente que conozcamos nuestra posición dentro de ese lugar o
nuestra relación con él. Algunas de nosotras y de nosotros hemos
adoptado lugares que sólo son nuestros psicológicamente, definiéndose
nuestro lugar como un ámbito sentido pero invisible.
Frente
a los pueblos indígenas de este hemisferio, imbuidos en la tierra (y
que la transformaron paulatinamente durante miles de años), los
invasores europeos vieron el mundo natural como algo que saquear,
conquistar, explotar y mercantilizar. Trajeron consigo la negación, una
enfermedad que aún prevalece entre muchos de sus descendientes. Nunca se
reconocieron las causas del agotamiento de los recursos, de la
desaparición de los bosques y de la tierra cultivable en el "viejo
mundo", de modo que los viejos hábitos fueron simplemente trasladados al
"nuevo mundo". Aunque ya se propagó un sentimiento colectivo de pérdida
a finales del siglo XIX, cuando se acabó de parcelar la mayor parte de
la tierra cultivable, la mayoría de la gente en los Estados Unidos aún
quiere creer que nuestros recursos, el agua, el suelo, los bosques, el
combustible, el oxigeno son infinitos. En relación con esto se haya la
escasa atención que despierta el modo en que se estructuran los
espacios rurales y urbanos y cómo afecta a nuestra psicología nacional.
(El historiador John Stilgoc afirma que en la Nueva Inglaterra
colonial las ciudades planificadas bajo extrañas se consideraban un foco
de desorden y "con muchas probabilidades de albergar inestabilidad a nivel civil y eclesiástico").
Hoy
día, de acuerdo con Rosalyn Deutsche, la consideración del espacio en
tanto reflejo de las relaciones de poder (producidas por las relaciones
sociales) "está en la agenda política como nunca lo había estado antes". Esta
preocupación la reconocemos en artistas que durante años han estado
"enfocando" los barrios, los centros comerciales, los parques y otros
contextos sociales. Sin embargo, el tono general no es excesivamente
esperanzador. Me he visto sorprendida por tres fenómenos recientes
relativos al acto de nombrar. En primer lugar, el impulso postmoderno
(ahora con más de una década de antigüedad y con capacidad retroactiva)
ha engendrado una plétora de exposiciones, artículos y libros con el
titulo: re visar, re visionar, re trazar, re pensar, re fotografiar. En
segundo lugar, los títulos de las exposiciones que tienen la tierra y
la naturaleza como tema están adoptando un tono melancólico e incluso
apocalíptico: por ejemplo, Against Nature, The Demoralized Landscape, The Unmaking of Nature, Lost Illusions, y Utopia, Post Utopia. En
tercer lugar, los términos "territorio", "tierra", "terreno" y el 11
trazado de mapas" se encuentran de un modo omnipresente tanto en la
teoría como en la práctica. El mapa como concepto micro/macro visual ha
despertado siempre gran interés en los artistas, y particularmente en
los artistas "conceptuales" y "de la tierra" de 1965 a 1975. Por un
lado, mapear/explorar el terreno puede considerarse una incitación a la
medición, al trazado de barreras, de fronteras, de zonas, y al
despliegue de otros instrumentos de posesión. Pero por otro, los mapas
nos dicen dónde estamos y nos muestran hacia dónde nos dirigimos.
Entender
nuestra geografía cultural es condición necesaria para poder reinventar
la naturaleza. Necesitamos dejar de negar la diferencia y de fingir un
confuso universalismo que enmascara y sostiene profundas divisiones
sociales. Debemos profundizar en el conocimiento de nuestras relaciones
con los demás, como parte de una ecología cultural, y tomar conciencia
de nuestra posición como artistas y trabajadores y trabajadoras
culturales respecto a problemas tales como la falta de vivienda, el
racismo y el derecho a la tierra, al agua, a la propia cultura y a la
religión, hayamos o no trabajado alguna vez directamente con estos
asuntos. Debido a sus vinculaciones mutuas, el hecho de ignorar uno de
estos problemas supone no entender los demás. No obstante, esta toma de
conciencia requiere una extensa investigación visual y verbal (y local)
que no está incluida en la educación artística tradicional. Deben
incorporarse necesariamente los estudios multiculturales a toda práctica
artística que aborde la historia y el lugar. Si sólo se estudia la
historia del hombre blanco, el lugar permanece oculto. Por ejemplo, en
un seminario sobre la tierra que llevé a cabo en Colorado, me encontré
con la necesidad de abordar en su conjunto el modo en el que la tierra
había sido utilizada y concebida por sus habitantes originarios, la
trágica historia de los nativos y la lucha continua por las concesiones
de tierra mejicana, el papel jugado por los granjeros negros, por los
vaqueros, por los trabajadores del ferrocarril y agricultores chinos, el
internamiento en campos del desierto de los estadounidenses de origen
japonés durante la II Guerra Mundial.
La
América blanca se ha visto profundamente afectada (tan profundamente
que a menudo no se muestra en la superficie) por las tradiciones
territoriales de las culturas de nativos y mestizos. Los colonos
heredaron emplazamientos y técnicas agrícolas y sobrevivieron mediante
el aprendizaje de las costumbres de los indios, aunque éstos fueran
eliminados en el camino". El resurgimiento reciente del interés por la
cultura nativa (un proceso que comenzó en los 60) se debe en parte a la
fuerza y el orgullo que siente el indio por haber sobrevivido, y en
parte a su rabia por el coste que ha pagado su cultura, su salud y sus
tierras. Pero también es producto de la conciencia extendida entre los
estadounidenses de origen europeo acerca del fin de un sueño de
quinientos años de colonialismo. La búsqueda del lugar es la búsqueda
mítica del áxis mundi, de
un lugar donde quedarse, de algo a lo que aferrarse. (Como ha afirmado
el artista Seneca Peter Jemison no es la bandera sino el mástil y el
águila en su parte superior lo que cuenta para su gente, pues conectan
tierra y cielo, cuerpo y espíritu). Al mismo tiempo, es necesaria una
des idealización de la naturaleza y de las actitudes nativas hacia la
naturaleza ya que todo lo que es elevado a un pedestal puede verse
fácilmente arruinado de nuevo.
Un
arte comprometido con el lugar debe formar parte de un proceso más
amplio. Oleadas cada vez más grandes de personas exiliadas atraviesan
esta tierra y hemos convertido en nómadas incluso a quienes eran sus
habitantes originarios. La población inmigrante en los Estados Unidos
(todos nosotros y nosotras) carece de un centro y de un modo de
orientación. Tendemos a pensar que nuestros ancestros sí lo teman, pero
mi familia, por ejemplo, estuvo desplazándose constantemente de un lado
a otro, siendo pocas las generaciones que permanecieron en un mismo
lugar desde el 1700 en adelante. Cuando una escultora cuyo trabajo se
vincula con su lugar dice: el lugar es aquello que has abandonado"", no estoy segura de si se refiere a todo lo que te queda" o a "todo lo que has dejado atrás".
Aunque
el arte se ha utilizado frecuentemente en el pasado como un medio de
propaganda al servicio del colonialismo y del expansionismo
(especialmente durante la marcha hacia el Oeste en el siglo XIX) y
aunque gran parte del arte público contemporáneo sirve aún como
propaganda de las estructuras de poder existentes (especialmente del
desarrollismo y la banca), en esta sociedad no tenemos un medio mejor de reimaginar la naturaleza, de negociar, utilizando las palabras de Donna Haraway. "los términos
en los que el amor por la naturaleza podría formar parte de la solución
en vez de ser parte de las imposiciones de la dominación colonial y de
la destrucción medioambiental”.
La
clase media alta (a la que pertenecen la mayoría de los artistas)
tiende a confundir lugar con naturaleza, porque tiene los medios y el
tiempo libre necesarios para satisfacer su ansía de ver mundo, de viajar
a lugares llenos de belleza, exotismo y curiosidades, de poseer
segundas residencias en playas, montañas y granjas abandonadas. Pero los
medios urbanos son también lugares, aunque conformados de un modo
diferente, más propensos a engendrar subjetividades múltiples que
facilitan la comunicación intercultural y que, de hecho, son el
resultado de dicha comunicación entre culturas. Aquellos de nosotros que
actualmente vivimos en una gran ciudad nos vemos enfrentados a un
enorme espejo siempre que salimos al exterior. Nos refleja a nosotros y a
quienes, como nosotros, vivimos en un mismo territorio. A menudo,
nuestras apariencias y nuestras vidas difieren, pero no podemos mirarnos
en el espejo sin ver también al resto. James Baldwin da en el clavo
cuando, al hablar sobre la naturaleza recíproca de la comunicación
cultural, afirma: "si yo no soy quien tú pensabas que era, entonces tú tampoco eres quien pensabas` .
La
dialéctica entre lugar y cambio es un punto de cruce de un gran
potencial creativo. Actualmente estoy experimentando con las ideas hasta
aquí esbozadas como herramientas de enseñanza, como formas a partir de
las cuales profesoras, profesores y estudiantes pueden colaborar para
encontrar su lugar. Un número creciente de artistas se están viendo
implicados en ideas similares. De un modo interdisciplinar y
multicultural, esta línea de investigación y producción se relaciona con
contextos y contenidos, en lugar de con estilos y corrientes. Mis
modelos son artistas cuyas ideas de lugar y de historia incluyen a la
gente y quienes forman el germen de gran parte del arte interactivo o
de "nuevo género": desde el Great Wall of Los Angeles de
Judith Baca que reúne grupos de adolescentes procedentes de distintos
orígenes culturales para crear un mural sobre la historia no blanca de
California, a la obra de Mierle Laderman Ukeles con el Departamento de
Limpieza de Nueva York que nos muestra cómo nos mantenemos a nosotros
mismos y cómo gestionamos nuestros desechos (y con quién); y desde la
exploración a pequeña escala del fenómeno de las personas sin hogar de
John Malpede a los intentos realizados por Newton y Helen Mayer Harrison
por recobrar el medioambiente a gran escala. Los artistas visionan un
proceso que resulta en una obra de arte.
Donde estamos
Llevo mucho tiempo peleando con estas ideas. En 1967 escribí que el arte visual se mantenía en suspenso en un cruce de caminos “que
muy bien puede convertirse en dos caminos hacia un mismo lugar. el
arte como idea y el arte como acción... El arte visual sigue siendo
visual aunque sea invisible o visionario”. En 1980 escribí:
"Cualquier
tipo nuevo de práctica artística tendrá que tener lugar al menos
parcialmente fuera del mundo del arte. Y aunque resulte difícil
establecerse en el mundo del arte, los territorios menos circunscritos
son los más cargados de peligro. Fuera, la mayoría de los artistas no
son ni bien recibidos ni efectivos, pero dentro hay una cápsula
sofocante en la que se engaña a los artistas haciéndoles sentirse
importantes por hacer sólo lo que se esperaba de ellos. Seguimos
hablando de formas nuevas porque lo nuevo ha sido el fetiche
fertilizador de la vanguardia desde que se separó de la infantería. Pero
quizás estas nuevas formas sólo puedan ser encontradas en las energías
sociales no reconocidas aún como arte”.
No
todas las diversas formas (aunque no lo suficientemente diversas aún)
que han recibido el nombre de "arte público" son merecedoras de tal
título. Yo definiría el arte público como cualquier tipo de obra de
libre acceso que se preocupa, desafía, implica, y tiene en cuenta la
opinión del público para quien o con quien ha sido realizada,
respetando a la comunidad y al medio. El resto es obra privada, no
importa lo grande o expuesta o molesta que sea, o lo muy de moda que
esté. Con el fin de esclarecer el momento en el que nos encontramos, he
realizado una lista provisional de los géneros existentes dentro del
arte que se ocupan del tema del lugar. No se trata de establecer
categorías rígidas ya que muchas de ellas se solapan:
Obras
concebidas para exposiciones de interior convencionales
(instalaciones, fotografías, arte conceptual, y propuestas de
proyectos) que hacen referencia a la comunidad, la historia o el medio
local. Ejemplos son: Chicago Stories de Deborah Bright y Nancy Gonchar, la propuesta del Boulder Creek Project de Newton y Helen Mayer Harrison y la obra Bravo 20. The Bombing of the American West de Richard Misrach.
Arte público tradicional de exteriores (no "plunk art" [arte
dejado caer], como cuando se coge una obra, se aumenta de tamaño y se
deja caer en el emplazamiento) que pretende llamar la atención sobre las
características específicas o las funciones de los lugares en donde
interviene, ya sea en localizaciones predecibles como parques, plazas
de edificios bancarios, jardines de museos y campus de colegios (como el
monumento a la minería en Frostburg, Maryland, de Andrew Leicester; elMemory Path de Athena Tacha en Sarasota, Florida; y el People's History of Colorado de
Barbara Jo Revelle, en Denver), o en lugares inesperados y algunas
veces inaccesibles, tales como calles, escaparates, una cabaña en el
bosque, un campo de golf, una oficina, un supermercado, un cráter en un
desierto, un barrio residencia¡ (tal como los paisajes y las
civilizaciones imaginarias para "Gente Meriuda7 de Charles Simonds y la House of the Future de
David Hammons en Charleston, Carolina del Sur). Este grupo incluiría
también un arte público innovador y ciertos monumentos subvencionados
oficialmente, con fines sociales y con referencias locales, como el Vietnam Veterans Memorial de Maya Lin y el mural Little Tokyo de Barbara Kruger en el Museum of Contemporary Art de Los Angeles.
Obras de arte site specific en
el exterior, a menudo hechas en colaboración o de carácter colectivo,
que implican a la comunidad en la ejecución, en la recogida de
información y en el funcionamiento real de la obra. Encontramos
ejemplos en las paredes oficialmente reservadas al graffiti; el Green Chair Project de Joel Sisson en Minneapolis; Pullman Projects de Olivia Gude y Jon Pounds en Chicago; el Border Art Workshop en San Diego y Tijuana; el Aftican American Heritage Museum cle Dr. Charles Smith en Aurora, Illinois; y las obras realizadas por muralistas progresistas.
Instalaciones
públicas de interior de carácter permanente, dotadas a menudo de alguna
función relacionada con la historia de la comunidad, como son los
murales de correos por todo el país y la obra de Houston Conwill,
Estella Conwill Májozo y Joseph De Pace The Rivers en
el Schomburg Center for Research in Black Culture en Nueva York. En
este grupo también se incluyen los proyectos en los que se hace una
referencia específica a la historia de la comunidad y vinculados a
procesos educativos en marcha, como el Chinatown History Project de Nueva York y el parque industrial nacional de Lowell, Massachusetts.
Performances o rituales
al margen de los espacios tradicionales del arte que reclaman la
atención sobre el lugar, sus historias y sus problemas, o en general
sobre la identidad y experiencia compartida en común. Al igual que los
carteles en la calle, las pintadas con plantillas o los adhesivos, estas
obras funcionan a menudo como un "arte que hace despertar", un
catalizador de la acción colectiva. Ejemplos: las Three Weeks in May de Suzanne Lacy en Los Angeles y The Year of the White Bear de Guillermo G6mez Peña y Coco Fusco en distintos lugares de los Estados Unidos y Europa.
Arte
que trabaja a favor de una toma de conciencia medioambiental y por la
mejora y reivindicación de zonas baldías, centrándose en la historia
natural, realizando parques y limpiando la contaminación. Un ejemplo de
esto es el Time Landscape of New York City de Alan Sonfist.
Arte
político directo y didáctico que trata públicamente asuntos locales o
nacionales, especialmente mediante señalizaciones sobre medios de
transporte, parques, edificios o por la carretera, que marca
emplazamientos, acontecimientos e historias invisibles. Tenemos algunos
ejemplos en el proyecto de señalizaciones de REPOhistory en el Lower
Manhattan, el San Diego bus project de David Avalos, Louis Hock y Elizabeth Sisco y los Host Projects de Hachivi Edgar Heap of Birds, llevados a cabo en múltiples sitios.
Emisoras
móviles de radio, televisión o medios impresos de acceso público,
cintas de audio y vídeo, postales, cómics, guías, manuales, libros de
artista y carteles. Ejemplos a destacar son el libro y los carteles
realizados por Carole Condé y Karl Beveridge con Sindicatos
Canadienses, la televisión de acceso público de Paper Tiger, el arte
realizado para acompañar manifestaciones como el AIDS quilt y el Spectacle of Transformation en Washington, D.C.
Acciones
de carácter itinerante o encadenadas que implican a ciudades enteras o
que aparecen por todo el país de un modo simultáneo para subrayar o
vincular asuntos actuales. Ejemplos son las plantillas de John Fekner en
el Bronx, Nueva York; el Shadow Project, una conmemoración nacional del día de Hiroshima; y los ideogramas de carretera de Lee Nading.
Durante
estas últimas décadas algunos artistas se han aventurado en el contexto
público y han realizado un arte interactivo, participativo, efectivo y
afectivo, relacionado con los lugares y su gente. Desde finales de los
50 se han llevado a cabo intentos de utilizar las formas, los
materiales, la participación, el contexto y el contenido (por ejemplo
los happenings de
Allan Kaprow, Claes Oldenburg y Carolee Schrieeman) como un modo de
escapar de las galerías y museos. En los años 60 el gerundio (la forma
gramatical que implica procesualidad) se convirtió en escultura y
comenzó a salpicar, a inclinarse, a colgarse, a extenderse, a actuar, a
mutar y a movilizarsel7. Alrededor de 1966 existía ya un conjunto
definido de obras que cuestionaban las estructuras por las cuales el
arte existe en el mundo: los mitos modernistas, su estatuto de
mercancía, los efectos sobre la ecología, la dominación masculina y
blanca, el objeto de lujo, la audiencia especializada de clase alta y el
confinamiento cultural de los mismos artistas.
Paralelo
al desarrollo desde los años 60 de un arte experimental socialmente
comprometido ha surgido un movimiento aún frágil que lucha por la
democracia cultural y que ha reconocido en el arte algo útil, aunque no
necesariamente utilitario. Gracias en parte al arte de mujeres que desde
comienzos de los 70 ha subrayado la importancia de las estructuras
sociales como campo de innovación formal (en la actualidad existen mas
mujeres que hombres que hacen y escriben sobre arte público
participativo) se ha experimentado una importante ampliación de la
noción de arte público, convirtiéndose éste en una fuente de educación y
de entretenimiento, y además de pensamiento crítico.
A
finales de los 80, sorprendentemente, este ímpetu se fue aceptando
dentro la corriente dominante aunque sin llegar a reconocerse sus
antecedentes culturales e ideológicos. Pero de hecho es aún poco el
"arte público de nuevo genero 11 que se hace por ahí. Las relaciones
entre artista y comunidad han sido normalmente sólo transitoriamente
monógamas. El artista (que puede vivir in situ o haberse lanzado en
paracaídas sobre el terreno) sigue su camino una vez acabada la obra,
mientras que la comunidad a veces no llega a implicarse suficientemente
en la continuación o extensión del proyecto. Han sido ya demasiados las
artistas que albergando la esperanza de ayudar a cambiar el mundo
haciendo un arte orientado a sensibilizar a un público cada vez más
amplio y en lugares cada vez más accesibles han visto sus ilusiones
frustradas por la burocracia que acompaña a todo el proceso.
"El arte público quema”
según opina un artista público muy respetado y comprometido desde hace
mucho tiempo. Otra artista me dijo que estaba acabada en lo que al arte
público se refiere, tras trabajar durante varios años en un proyecto que
estaba completamente aprobado y subvencionado, hasta la hora en que
apareció una orden oficial para retirarlo de escena. Artistas idealistas
en todo el país están siendo sofocados y sofocadas por las
formalidades burocráticas, convirtiéndose en mártires de la
esperanzadora causa de un arte verdaderamente público, interactivo,
participativo y progresista. El dinero y la energía que debería
emplearse en la educación mutua y colectiva de artistas y burócratas
parece que no está disponible.
De
toda la gente sobre la que he escrito en mi columna sobre arte,
política y comunidad desde 1981 ` la gran mayoría sigue en activo. La
colaboración y el apoyo organizativo mutuo parece que sean capaces de
mantener vivas sus energías, mientras que el "éxito" y la atracción por
los lugares de exposición convencionales tienden a debilitar la
implicación del artista con la gente. Algunos artistas afamados de
tendencia progresista han podido llevar su mensaje a un público más
numeroso, aunque eso no quiere decir más amplio, al tener mayor acceso a
los medios de comunicación.
El
tren de alta velocidad de la novedad en el mundo del arte, que a menudo
recompensa sólo lo que es "nuevo" en la superficie e ignora a quienes
están en la brecha durante todo el camino (a menos que sus productos
sean comercializables), es parcialmente responsable del agotamiento
existente entre los artistas públicos, así como también lo es el clima
político y económico actual. A pesar de que fracase a la hora de
conseguir sus objetivos, sin embargo, este arte de "golpea y huye" (o
que "se escurre cuando lo abrazas") ofrece algunas pistas interesantes
acerca de las nuevas posibilidades del arte en la vida cotidiana.
El
arte de vanguardia está siempre avanzando, metafóricamente, hacia un
territorio "nuevo", poniendo a prueba "nuevos" parámetros y exigiendo 11
nuevos" paradigmas. Queda por ver si el "nuevo" género de arte público
podrá trascender los límites (y la demanda comercial de novedad) que
albergan o aprisionan a aquel arte que pretende avanzar hacia el mundo.
Aunque he utilizado esta palabra tanto como cualquiera, he logrado
comprender que un arte verdaderamente público no necesita ser "nuevo"
para tener valor, ya que los contextos sociales y los públicos tan
cruciales para su formación están siempre cambiando.
Al examinar el arte ecológico realizado en los últimos veinte años
(especialmente el arte del paisaje efímero de finales de los 60 y
comienzos de los 70, y el arte feminista de orientación espiritual de
los 70), me he sentido esperanzada por su variedad y simultáneamente
decepcionada por sus limitaciones comunicativas. Como afirma Helen
Mayer Harrison, "no hemos hablado la voz del río: cultivar la humildad"9. Los
aspectos interactivos del arte sobre el lugar que se han desarrollado
durante los últimos años pueden haber sido frágiles y de carácter
tentativo, pero se encuentran en proceso de floración y están
construidos sobre una noción renovada de la memoria, preparados para
florecer si podemos crear un contexto de bienvenida fuera del arte en el
que puedan aventurarse.
Donde podríamos estar
No
existe razón alguna para cortar los lazos que vinculan a este arte con
su hogar en la comunidad, que en el peor de los casos le constriñen y
regulan y en el mejor comparten sus intereses, ofreciéndole apoyo y una
crítica responsable. Bien
al contrario, la tarea ha de ser multiplicar los vínculos que lo
conectan con comunidades y públicos participativos y con otros artistas
"marginados", de modo que la idea del arte pase a ser por fin parte del centro:
no de un centro elitista escondido de la visión pública, sino de un
centro accesible en el que los y las participantes sean atraídas desde
todos los frentes del arte y de la vida.
Con
el fin de influir en la percepción, debemos proyectar ideas y formas
sobre los modos de ver y actuar de la gente en su hogar y en sus
entornos: en los museos, parques e instituciones educativas. Las ideas
surgen del diálogo, cuando la mirada de una persona se ilumina al
reconocer el modo en que otra utiliza las imágenes. El arte mismo, como
chispa desmaterializada, como acto de reconocimiento, puede convertirse
en un catalizador en todas las áreas de la vida una vez que se separa
del confinamiento cultural de la esfera del mercado. La redefinición
del arte y del artista puede ayudar a sanear una sociedad alienada de
sus fuerzas vitales. Como ha afirmado Lynn Sowder, "debemos
alejar nuestro pensamiento de la idea de hacer un gran arte para la
gente y trabajar con la gente para crear un arte que sea grande'121 .
El feminismo y el activismo han creado modelos, pero apenas hemos
profundizado sobre la complejidad con la que el arte podría interactuar
con la sociedad.
Para
cambiar las relaciones de poder inherentes en el modo en el que el arte
se produce y distribuye en la actualidad, necesitamos continuar
buscando nuevas formas enterradas como energías sociales aún no reconocidas como arte. Algunos
de los intentos más interesantes son aquellos que reenmarcan prácticas
o lugares no necesariamente artísticos mirándolos a través de los ojos
del arte. Ésta, también, es una idea que tuvo origen a mediados de los
años 60. En esa época, ese "mirar al entorno" era resultado de un
rechazo al arte como "objeto precioso", como una cosa más
con la que llenar el mundo. La idea consistía entonces en mirar hacia
lo ya existente en el mundo y transformarlo en arte por el proceso de
ver, nombrar y señalar en lugar de producir.
Si
bien el conjunto de problemas que acompañan a cualquier incursión fuera
del estudio ha alejado a muchos artistas del nuevo o del viejo género
de arte público, ningún artista que se haya aventurado en él vuelve sin
haber experimentado un cambio o sin haberse visto enriquecido.
¿Cómo
podemos introducir estos cambios en la educación del arte, en la
estructura de la carrera de un artista, en las posibilidades de una vida
dedicada al arte que merezca la pena para quienes sienten la tentación
de tales riesgos? Con pocas excepciones, las escuelas y los
departamentos de arte en este país aún enseñan una noción de la función
(o la falta de función) del arte anclada en el siglo XIX. Existen pocos
cursos que traten sobre "el arte en un contexto social” , en su mayoría
perecen por la presión de las visiones convencionales. La mayoría de los
estudiantes de arte, incluso los mejor preparados, conocen muy poco o
nada sobre la historia de los intentos de derrumbar los muros. El hecho
es que necesitamos cambiar el sistema bajo el que vivimos y hacer arte
como ciudadanos y como trabajadores del arte. Disponemos de los
ingredientes pero aún nos falta la receta. Cuantos más cocineros haya,
más gente utilizará los ingredientes de un modo diferente. Podríamos
estar "enseñando" el arte futuro, no lo que ya se ha hecho y no
necesariamente en las instituciones. Podríamos estar propagando las
fuentes y los contextos de un arte que aún no ha sido realizado. Aquí es
donde entran en juego los componentes multiculturales e
interdisciplinares del arte absolutamente cruciales.
La
cultura es aquello que define un lugar y su significado para la gente.
La cultura apolítica y la "falta de cultura" en la que la mayoría de
nosotros y nosotras vivimos en los Estados Unidos inevitablemente nos
deja sin lugar. Actualmente, en los 90, algunos artistas se han
aventurado a dar a conocer un sentido de cultura más amplio, como algo
que forma parte de nuestras vidas y que no es jerárquico sino temporal y
fluido. Cierto arte se ha convertido en un catalizador o vehículo para
el intercambio en igualdad entre culturas, ayudandonos a encontrar
nuestros "yoes" múltiples en oposición a los estereotipos
unidimensionales. Independientemente de la clase o la diferencia de
oportunidades, todos escondemos múltiples identidades: filiaciones
religiosas y políticas o su ausencia, un bagaje cultural y geográfico,
un estado marital o parental, una ocupación, etc. El aprender a
utilizar estas identidades múltiples y no sólo llegar a conocernos a
nosotros mismos, sino trabajar y participar de un modo afectivo y
emotivo con las realidades de los otros, es una de las lecciones que
puede ofrecer un arte interactivo. Uno de los grupos de trabajo que
participaron en el simposio Mapping the Terrain, resumía: "la estética
da forma a las relaciones entre la gente. Las constantes negociaciones
que constituyen la vida son rearticuladas de nuevo y liberadas en el
arte. No puedes hacer trabajo de comunidad a menos que escuches y
utilices la intuición".
Comunidad no significa entenderlo todo sobre todo el mundo y resolver todas las diferencias; significa aprender cómo trabajar dentro de las diferencias mientras éstas cambian y se desarrollan. La
conciencia crítica es un proceso de reconocimiento tanto de las
limitaciones como de las posibilidades. Necesitamos colaborar con
grupos de gente pequeños y grandes, social y políticamente
especializados ya informados e inmersos en los problemas. Y necesitamos
enseñarles a dar la bienvenida a los artistas, a comprender cómo el arte
puede concretar y hacer visibles sus objetivos. Al mismo tiempo,
necesitamos colaborar con aquellas personas cuyo pasado y cuyo futuro
no nos son familiares, rechazando la insidiosa noción de "diversidad"
que simplemente neutraliza la diferencia. Empatía e intercambio son las
palabras clave. Incluso para los trabajadores del arte interactivo
poseedores de las ideas correctas el elitismo es un hábito difícil de
evitar. Nada que excluya los lugares de la gente de color, las mujeres,
las lesbianas, los gays o la gente trabajadora puede considerarse
inclusivo, universal o curativo. Para encontrar la totalidad debemos
conocer y respetar a todas las partes.
De
este modo, necesitamos tramar una relación y una teoría recíproca de la
multiplicidad sobre quiénes somos, cuál es nuestro lugar y cómo afecta
la cultura a nuestro medio. Necesitamos saber más sobre el modo en que
nuestro trabajo afecta o no afecta a la gente expuesta a él, si comunica
o no y sobre el modo en que lo hace. Esto también puede construirse
mediante la educación experimental tanto en la historia del arte como en
la formación de jóvenes artistas (los dos tipos de enseñanza permanecen
separados de un modo absurdo en la mayoría de las escuelas).
Volviendo
a la noción de lugar, el arte no puede ser un instrumento para centrar y
enraizar a menos que sea el artista mismo quien se centre y se
arraigue. Esto no quiere decir que las personas alienadas,
desorientadas, nómadas (por ejemplo, la mayoría de nosotros) no puedan
hacer arte. Pero un cierto tipo de
lugar, aunque sea portátil, debe yacer en nuestro interior. Quizás
podremos ser lo suficientemente afortunados como para poseer un pedazo
de "naturaleza7 al que hincar el diente. Quizás la ciudad nos sea lo
suficientemente satisfactoria. Quizás el estudio sea la guarida donde
lamemos nuestras heridas, concebimos nuestras imágenes, planeamos
nuevas estrategias y reunimos las fuerzas necesarias para salir de nuevo
con fuerza. Quizás las limitaciones de la galería de marfil y de las
páginas de las revistas de arte están impidiendo el desarrollo de un
arte que sueña con lanzarse sin miedo a las calles, a lo desconocido,
con encontrarse y mezclarse con otras vidas.
Como
"visionarios", los artistas deberían ser capaces de proporcionar una
nueva vía de trabajo que se oponga a la visión rapaz de la naturaleza
que tiene la cultura dominante, con el fin de reinstaurar las
dimensiones mítica y cultural de la experiencia "pública" y, al mismo
tiempo, hacernos conscientes de las relaciones ideológicas y las
construcciones históricas que constituyen el lugar. Necesitamos
artistas que nos guíen por medio de respuestas sensoriales y
cinestéticas a través de la topografía, que nos conduzcan hacia la
arqueología y la resurrección de una historia social basada en la
tierra, que nos muestren múltiples lecturas de lugares que significan
diferentes cosas para diferentes gentes y en épocas diferentes. Podemos
aprender mucho de las culturas llamadas de una forma irónica
"primitivas", entre otras cosas a comprendernos a nosotros mismos como
parte de la naturaleza, interdependientes con el resto de ella: porque
la naturaleza lo incluye todo, incluso a la tecnología, creada por los
humanos, que son parte de la naturaleza.
¿Cómo
sería un arte producido por la imaginación y cómo serían las respuestas
de sus espectadores o usuarios? ¿Cómo podría el arte activar la acción y
los valores locales? Con las subvenciones y los recursos adecuados, los
artistas públicos podrían poner en funcionamiento espacios sociales y
políticos en los que vincular todas las energías, en los que podrían
concretarse el diálogo, las alternativas o la oposición. Esto puede
relacionarse con las ya conocidas estrategias mediante las cuales los
artistas "enmarcan" alguna realidad previa, que cobra un nuevo relieve a
través de la intervención de un arte que llama la atención sobre sus
condiciones de existencia. Las formas de arte "parasitarias", como los
carteles intervenidos, pueden tener presencia física en la cultura
dominante, al tiempo que la desafían políticamente, creando territorios
abiertamente contestatarios que exponen las verdaderas identidades de
los lugares y los espacios existentes y su función en el control social.
Otro conjunto de posibilidades es el arte que activa la conciencia de
un lugar marcándolo sutilmente sin alterarlo de un modo sensible: un
folleto guía, paseos a pie o signos que indican una dirección y
mediante los cuales se da paso a la historia de una casa o una familia,
se sugieren las profundidades de un paisaje o el carácter de una
comunidad.
El
artista es o debería ser generoso. Pero sólo pueden dar lo que reciben
de sus fuentes. Creyendo como creo que la conexión con el lugar es un
componente necesario y fundamental para sentir de un modo cercano a la
gente, a la tierra, me pregunto qué lograría hacer posible que los
artistas "devolvieran" los lugares a las gentes que hace tiempo que no
los ven. Porque la tierra unida a la gente, su presencia y su ausencia, es lo que hace resonar
el paisaje. Las alternativas tienen que surgir orgánicamente a partir
de las vidas y las experiencias de los artistas. Y no lo harán a menos
que quienes están explorando estos "nuevos" territorios creen un amplio
conjunto de opciones. El artista debe participar en el proceso tanto
como dirigirlo, tiene que "vivir allí" de algún modo: físicamente, simbólicamente o empáticamente .
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